Haitianos y africanos, la nueva oleada de inmigrantes hacia EE.UU.

El Gobierno de Costa Rica informó hoy que desde el pasado 21 de abril contabiliza la entrada de al menos 5.601 migrantes africanos indocumentados que tienen como fin llegar a Estados Unidos, y advirtió que también ha detectado decenas de haitianos.

El ministro de Comunicación, Mauricio Herrera, quien es el responsable de coordinar la atención humanitaria de estos migrantes, brindó hoy un informe de la situación e insistió en que Costa Rica no está en capacidad para seguir atendiendo un número creciente de estas personas.

Los datos brindados por Herrera indican que la Dirección de Migración ha contabilizado 5.601 migrantes que dicen venir de países como Senegal, Congo, Ghana, Somalia y Burkina Faso, y otros que dicen ser de naciones como Afganistán o Irak.

A la mayoría de estas personas Costa Rica les otorga un permiso para circular por el país libremente durante un mes y les ha abierto cuatro centros de atención humanitaria: dos en el norte del país, cerca de la frontera con Nicaragua, y otros dos en el sur, cerca del límite con Panamá.

Desde noviembre pasado Nicaragua mantiene cerrada su frontera al paso de migrantes irregulares, lo que ocasionó que miles de cubanos quedaran varados en Costa Rica, situación que se resolvió en abril mediante puentes aéreos con México y El Salvador.

Luego de la crisis de cubanos, una oleada de africanos que ingresó al continente por Brasil y se desplaza hacia el norte, ha quedado varada en Costa Rica.

El ministro Herrera señaló que en la última semana se ha incrementado la llegada de migrantes irregulares por la frontera con Panamá, a un ritmo de hasta 150 personas por día, con la particularidad de que gran cantidad de estos son haitianos.

"El 80 % de quienes están entrando son haitianos, aunque esas personas ocultan su nacionalidad y se identifican como africanos provenientes del Congo", manifestó Herrera.

En los centros de atención humanitaria las autoridades les brindan ayuda médica y alimentación, pero en la localidad de La Cruz, fronteriza con Nicaragua, unos 1.100 migrantes viven en un campamento improvisado por ellos mismos a la espera de que se les permita seguir su ruta al norte a través de Centroamérica.

También es conocido que hay migrantes que contratan "coyotes" (traficantes) para que los saquen de Costa Rica y continuar su ruta en la clandestinidad.

El ministro dijo que Costa Rica busca enfrentar esta situación en el marco del respeto de los derechos humanos de los migrantes, pero también de las leyes costarricenses.

Herrera también lamentó la muerte de ocho supuestos migrantes africanos que se ahogaron en el Lago de Nicaragua.

"Nadie puede ser indiferente ante estas muertes. Todos debemos aportar los máximos esfuerzos para impedir el trato inhumano e indigno hacia los migrantes", comentó el funcionario.

Por su parte, el canciller costarricense, Manuel González, insistió en la necesidad de que la situación de los migrantes sea abordada por todos los países desde Brasil hasta Estados Unidos, así como las naciones de origen de estas personas.