Nicaragüenses saturan línea COVID-19 en busca de información sobre la pandemia

La línea telefónica estatal 132, destinada a brindar información oficial sobre COVID-19 en Nicaragua, ha sido saturada con decenas de miles de llamadas de personas que quieren saber sobre la pandemia, dijo este jueves una fuente gubernamental.

En un mes de existencia, la línea 132 registra “más de 110.000 llamadas recibidas de nuestro pueblo”, afirmó la vicepresidenta del país y primera dama, Rosario Murillo, en su alocución diaria.

El dato toma relevancia en un país que recibe críticas porque sus autoridades brindan información escasa y confusa sobre la pandemia, mientras diferentes asociaciones médicas y científicas advierten de graves consecuencias si no se sabe cómo avanza el COVID-19 en Nicaragua.

Al llamar al 132, lo primero que se escucha es una voz grabada que da la bienvenida a Centro de Información Nacional de COVID-19, y que luego avisa que “en este momento nuestras líneas están saturadas”.

Mientras la llamada está en espera, la voz brinda una serie de recomendaciones de protección personal para prevenir el coronavirus SARS-coV-2, que causa el padecimiento de COVID-19, como el lavado de manos o toser en el reverso del codo.

Una vez que la llamada es atendida, un operador responde con amabilidad casi cualquier pregunta del interesado, siempre apegado a la posición oficial, que sostiene que “no tenemos transmisión local comunitaria”, aunque los expertos insisten en que es imposible que el COVID-19 no esté diseminado en Nicaragua.

CONTRASTE

Quienes llaman a la línea 132 también son invitados escuchar las recomendaciones sobre cómo prevenir el COVID-19, a dar su número de identidad, y a reportar a cualquier persona que llegue de otro país, independientemente de si tiene síntomas del padecimiento.

Aun con la información limitada, la apertura de los operarios de la 132 contrasta con la posición de las autoridades del Ministerio de Salud y de la Presidencia, que llevan cerca de diez años de no brindar conferencias de prensa, una situación que permanece incluso en medio de la pandemia.

Ortega ha sido criticado por su manejo particular del COVID-19, ya que se niega a cerrar las fronteras, promueve actividades de aglomeración, y apenas aceptó implementar ciertas medidas de prevención social la semana pasada.

El caso de Nicaragua pasó de ser un asunto meramente sanitario a uno humanitario, ya que organizaciones como la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), expresaron sus quejas por una violación del derecho a la salud.

Hasta ahora el Gobierno de Nicaragua reconoce 16 casos confirmados de COVID-19, incluyendo 5 muertos. El independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, que registra 632 casos, ya ha verificado la muerte de al menos 16 personas por la pandemia, 10 de ellas en la última semana.