Boric pide la liberación de los presos políticos en Nicaragua y un "cambio de rumbo" en Perú
El presidente de Chile, Gabriel Boric, pidió este martes durante su intervención en la Cumbre de la Celac la liberación de los "opositores que aún se encuentran detenidos de forma indigna" en Nicaragua y aseguró que Perú necesita un "cambio de rumbo" ante la violencia "inaceptable" del último mes.
Según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, hasta el 30 de noviembre pasado existían 235 presos políticos en Nicaragua. De esa fecha para acá se han producido aproximadamente una decena de capturas, por lo que se usa “más de 235 presos políticos” hasta que este organismo actualice el registro. De esa cantidad de presos políticos 225 fueron capturados a partir de abril 2018 y 10 de ellos estaban presos antes de esa fecha.
El Mecanismo está conformado por organizaciones de derechos humanos, de familiares de personas presas y excarceladas políticas, abogadas y abogados defensores de personas presas políticas, así como también de espacios de documentación y redes de activistas territoriales y digitales.
59 de los presos políticos permanecen recluidos en la cárcel policial (Dirección de Auxilio Judicial) conocida como El Chipote, 12 permanecen bajo el régimen de “casa por cárcel” y el resto están distribuidos en ocho edificios carcelarios del país. Del total, 209 son hombres y 26 mujeres y 37 tienen más de 60 años. Unos de ellos sobrepasa los 80 años.
Pero no sólo a políticos persigue Ortega. Miembros de la Iglesia Católica también padecen los resortes represivos del régimen. Catorce sacerdotes fueron apresados acusados de acciones subversivas.
"No podemos ser indiferentes cuando hoy en día en nuestra hermana nación de Perú personas que salen a marchar y a reclamar lo que consideran justo terminan baleadas por quien debiera defenderlas", indicó Boric ante el plenario del bloque.
El mandatario chileno, que se estrena en un cónclave de la Celac tras asumir el poder hace un año, recalcó "la imperiosa necesidad de un cambio de rumbo en Perú.
"El saldo que ha dejado el camino de la represión y la violencia -tras el fallido autogolpe de estado del expresidente Pedro Castillo- es inaceptable", agregó.
Boric, que desde que ha llegado al poder ha criticado duramente los regímenes autoritarios de la región y por eso muchos analistas le consideran referente de la nueva izquierda latinoamericana, también se refirió a la crisis Venezuela y pidió la vuelta del país suramericano "a los foros multinacionales".
"La política de la exclusión no ofrece resultados auténticos ni durables. Así lo demuestra la historia de nuestra América Latina y el Caribe con el ignominioso bloqueo de Estados Unidos a Cuba y más recientemente a Venezuela", apuntó.
El venezolano Nicolás Maduro era la gran incógnita de los últimos días y la incertidumbre sobre su participación se mantuvo casi hasta el final.
El lunes por la tarde, el Gobierno venezolano informó de un presunto "plan de agresión" de la "derecha neofascista" contra la delegación que iba a encabezar Maduro y que en su lugar viajaría el canciller Yvan Gil.
Boric, sin embargo, pidió elecciones "libres, justas y transparentes" en Venezuela para 2024 y expresó el deseo de su Gobierno de "colaborar en el dialogo entre los distintos sectores del país para encontrar una salida" a la crisis.
"Fuera de la democracia no hay libertad ni dignididad posible (...) La dictadura (en Chile) nos enseño de forma brusca a sangre y fuego los efectos de relativizar la democracia y los derechos humanos", añadió el exlíder estudiantil, quien pidió condenar los atropellos a los derechos humanos "independientemente del signo político de quien gobierne".
"La democracia se debe respetar especialmente en elecciones libres cuando gana aquel con quien no estoy de acuerdo y los derechos humanos son avances civilizatorios que deben ser respetados", concluyó.
La VII Cumbre de la Celac reúne este martes en el céntrico hotel Sheraton de Buenos Aires a representantes de los 33 países de América Latina y el Caribe.
Además de Boric, asisten al cónclave una quincena de jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos, Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Luis Alberto Arce (Bolivia), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Gustavo Petro (Colombia), Miguel Díaz-Canel (Cuba) y Xiomara Castro (Honduras).
ONG exige la liberación de más de 1.500 presos políticos en Cuba, Nicaragua y Venezuela
Este lunes, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) lamentó la presencia del dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, y los cancilleres de Nicaragua y Venezuela en la CELAC, “los tres Gobiernos más represores de las libertades de prensa y expresión y del periodismo en las Américas”, expresó en un comunicado la entidad con sede en Miami, Florida (EEUU).
“Si la invitación obedece a cumplir el objetivo de promover el diálogo y el acuerdo político en el continente, ello exigía un compromiso previo de cada integrante del foro regional de poner fin a la represión y a la violación sistemática de los derechos humanos”, señala el comunicado de la SIP.
Según la organización, se trata de tres dictaduras que “ocupan los últimos tres puestos de 22 países en el Índice Chapultepec”, un barómetro que mide el estado de las libertades de prensa y expresión en las Américas.
“Estamos hablando de los tres Gobiernos más represores de las libertades de prensa y expresión y del periodismo en las Américas”, señaló, por su parte, el presidente de la SIP, Michael Greenspon. Y en la misma línea, afirmó: “Lamentamos que estos dirigentes que violan los derechos humanos y descreen de la democracia hayan sido invitados por una organización que, entre sus objetivos, incluye la promoción de un diálogo respetuoso capaz de construir consenso sobre temas de interés común”.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Carlos Jornet, indicó que los gobernantes democráticos de la región deberían exigir a Nicaragua, Cuba y Venezuela “que pongan freno a la represión contra periodistas, dirigentes sociales y disidentes políticos”.
“La democracia se basa en el respeto al pluralismo, el control ciudadano sobre quienes gobiernan, la periodicidad de los mandatos, el equilibrio de poderes, el libre acceso a información pública y el respeto a los derechos humanos esenciales, entre los cuales la libertad de expresión es una pieza central”, opinó Jornet.
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