Fabricante de ataúdes septuplicó sus ventas en Nicaragua debido a la COVID-19
Un taller que fabrica ataúdes en Managua septuplicó sus ventas entre mediados de marzo y mediados de junio pasado, y duplicó su personal ante el incremento de la demanda, en medio de la pandemia del coronavirus.
Antes de que ingresara a Nicaragua la COVID-19, ese fabricante nicaragüense de ataúdes vendía un promedio de tres féretros por semana, dijo a Efe Bladimir, el seudónimo con el que prefiere ser identificado uno de los encargados del taller para "evitar rencillas" con las autoridades, que minimizan la pandemia.
"En los últimos tres meses podíamos vender de 18 a 21 ataúdes a la semana", afirmó.
El aumento en la demanda de ataúdes hizo que ese taller, que ofrece además el servicio de funeraria, duplicara su personal, y de 6 que estaban a cargo de la elaboración de féretros, han pasado a 12.
¿BAJA LA CURVA?
El taller ha tenido su pico más alto de elaboración y de ventas de ataúdes entre mediados de marzo y mediados de junio pasados, pero en las últimas dos semanas han retornado al promedio normal de tres, indicó Bladimir.
"Actualmente estamos vendiendo tres ataúdes a la semana. Las ventas han disminuido, gracias a que hay gente responsable que ha tomado sus medidas y autoaislamiento, y porque ha bajado la curva, según los epidemiólogos independientes", señaló.
Bladimir, que prefiere no entrar en debate por las cifras, dijo que él es el encargado del taller en ver las causas de muerte de las personas para orientar a los trabajadores el tipo de tratamiento.
EL RIESGO DE CONTAGIO
"A veces dice en el acta de defunción: COVID-19, otros están bajo el nombre de neumonía adquirida en la comunidad (NAC), neumonía, y otras enfermedades de origen respiratorio. Esos últimos casos, para nosotros, son potenciales casos de COVID-19, y así tomamos nuestras medidas y se le dice al cliente", explicó.
El ataúd para personas muertas por coronavirus tiene que ser tratado "como peligro biológico para nuestros trabajadores, así que nuestro personal toma todas las medidas, desde fumigar el ataúd después de colocado el cuerpo, y volver a fumigar la carroza fúnebre al llegar al cementerio, y fumigar a los que lo bajan (a la fosa), como estipula el protocolo", detalló.
En el caso de los fallecidos por muerte natural, ofrecen una breve charla a los familiares sobre las medidas de protección para evitar un posible contagio.
En caso de un fallecido por COVID-19 que es entregado en un hospital, los encargados del servicio funerario permiten que sólo un familiar, debidamente protegido, se acerque al ataúd para reconocer a su pariente, anotó.
Según el Gobierno de Nicaragua, la pandemia ha contagiado a 2.519 personas y ha dejado 83 muertos, desde que se reportó el primer caso, el 18 de marzo pasado.
Por su parte, el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, una red de médicos y voluntarios de toda Nicaragua, hasta el 24 de junio pasado contó 6.775 contagios, y 1.878 fallecimientos, de los cuales 1.749 son sospechosos por coronavirus y 129 por neumonía.
El Ejecutivo ha sido criticado desde diversos sectores por promover eventos masivos y aglomeraciones a contracorriente de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por no establecer restricciones ni haber suspendido las clases en medio de la pandemia.
El presidente Daniel Ortega se ha declarado en contra de la campaña "Quédate en casa" porque, a su juicio, destruiría la economía local, que se ha contraído los dos últimos años y que es mayoritariamente informal.
La estrategia nicaragüense ha despertado preocupación en la OMS, la OPS, la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).EFE
Antes de que ingresara a Nicaragua la COVID-19, ese fabricante nicaragüense de ataúdes vendía un promedio de tres féretros por semana, dijo a Efe Bladimir, el seudónimo con el que prefiere ser identificado uno de los encargados del taller para "evitar rencillas" con las autoridades, que minimizan la pandemia.
"En los últimos tres meses podíamos vender de 18 a 21 ataúdes a la semana", afirmó.
El aumento en la demanda de ataúdes hizo que ese taller, que ofrece además el servicio de funeraria, duplicara su personal, y de 6 que estaban a cargo de la elaboración de féretros, han pasado a 12.
¿BAJA LA CURVA?
El taller ha tenido su pico más alto de elaboración y de ventas de ataúdes entre mediados de marzo y mediados de junio pasados, pero en las últimas dos semanas han retornado al promedio normal de tres, indicó Bladimir.
"Actualmente estamos vendiendo tres ataúdes a la semana. Las ventas han disminuido, gracias a que hay gente responsable que ha tomado sus medidas y autoaislamiento, y porque ha bajado la curva, según los epidemiólogos independientes", señaló.
Bladimir, que prefiere no entrar en debate por las cifras, dijo que él es el encargado del taller en ver las causas de muerte de las personas para orientar a los trabajadores el tipo de tratamiento.
EL RIESGO DE CONTAGIO
"A veces dice en el acta de defunción: COVID-19, otros están bajo el nombre de neumonía adquirida en la comunidad (NAC), neumonía, y otras enfermedades de origen respiratorio. Esos últimos casos, para nosotros, son potenciales casos de COVID-19, y así tomamos nuestras medidas y se le dice al cliente", explicó.
El ataúd para personas muertas por coronavirus tiene que ser tratado "como peligro biológico para nuestros trabajadores, así que nuestro personal toma todas las medidas, desde fumigar el ataúd después de colocado el cuerpo, y volver a fumigar la carroza fúnebre al llegar al cementerio, y fumigar a los que lo bajan (a la fosa), como estipula el protocolo", detalló.
En el caso de los fallecidos por muerte natural, ofrecen una breve charla a los familiares sobre las medidas de protección para evitar un posible contagio.
En caso de un fallecido por COVID-19 que es entregado en un hospital, los encargados del servicio funerario permiten que sólo un familiar, debidamente protegido, se acerque al ataúd para reconocer a su pariente, anotó.
Según el Gobierno de Nicaragua, la pandemia ha contagiado a 2.519 personas y ha dejado 83 muertos, desde que se reportó el primer caso, el 18 de marzo pasado.
Por su parte, el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, una red de médicos y voluntarios de toda Nicaragua, hasta el 24 de junio pasado contó 6.775 contagios, y 1.878 fallecimientos, de los cuales 1.749 son sospechosos por coronavirus y 129 por neumonía.
El Ejecutivo ha sido criticado desde diversos sectores por promover eventos masivos y aglomeraciones a contracorriente de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por no establecer restricciones ni haber suspendido las clases en medio de la pandemia.
El presidente Daniel Ortega se ha declarado en contra de la campaña "Quédate en casa" porque, a su juicio, destruiría la economía local, que se ha contraído los dos últimos años y que es mayoritariamente informal.
La estrategia nicaragüense ha despertado preocupación en la OMS, la OPS, la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).EFE
Fabricante de ataúdes septuplicó sus ventas en Nicaragua debido a la COVID-19
Reviewed by RVN
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7/02/2020 01:51:00 p. m.
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