Laura Chinchilla pide a Biden prestar atención a elecciones en Nicaragua
La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda (2010-2014) logró recoger el apoyo de 8 líderes de la región centroamericana para pedirle a la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, prestar atención a las elecciones nacionales previstas para noviembre entrante en Nicaragua.
Mientras el gobierno de Carlos Alvarado nombrará un nuevo embajador ante Nicaragua, con la excusa de que el nuevo representante debe atender cuestiones migratorias, consulares y comerciales. Sin embargo esas funciones, le recordaron diplomáticos de carrera al gobierno, no son las de un embajador, sino las de un Cónsul General y un Encargado de Negocios, figuras que ya el país tiene en Managua a cargo de los diplomáticos Óscar Camacho y Óscar Solís respectivamente.
Diplomáticos de carrera y diputados de oposición han advertido al gobierno que no es pertinente el envío de un embajador a Managua, dado que nada ha cambiado en relación a la crisis en los últimos tres años y sobre todo de cara a las elecciones en ese país.
"La deriva dictatorial de Nicaragua es particularmente seria y debe abordarse con urgencia, dadas las elecciones que tendrán lugar el próximo noviembre; el desprecio y vulneración de los derechos humanos y de las instituciones democráticas que ahí tienen lugar, representan un grave foco de contaminación no sólo para Centroamérica sino para todo el continente",así consta en la la propuesta “Centroamérica y Estados Unidos: Hacia una Relación de Fructífera Vecindad” , firmada por la expresidenta costarricense y varios líderes de la región.
El documento en mención además de la expresidenta Chinchilla lo firman el exvicepresidente y excanciller de Guatemala; Eduardo Stein, la exvicepresidenta y excanciller de Panamá; Isabel Saint Malo, la excanciller de El Salvador; María Eugenia Brizuela de Avila, el excanciller de Guatemala, Fernando Carrera, el exministro de Cooperación de Nicaragua y exdiputado; Edmundo Jarquín, el exembajador costarricense ante Naciones Unidas; Eduardo Ulibarri, la expresidenta del Diario La Prensa en Nicaragua; Cristiana Chamorro y la exdelegada de la Juventud de Naciones Unidas, Gina Kawas.
En el documento además se expresa la preocupación por “los nuevos ímpetus autoritarios y populistas en otros países de la región” y la actitud de “muchos partidos políticos de cerrar espacios de participación”. En este sentido Chinchilla y los firmantes del documento proponen a Biden impulsar un programa en la región para “promover la defensa de las libertades públicas, el impulso a la participación política, y al fortalecimiento de la sociedad civil como vías para el cambio pacífico, así como el combate decidido a la corrupción”.
Otro de los puntos que resaltan en la propuesta, es la solicitud para que el nuevo gobierno de los Estados Unidos vea a la región centroamericana en su conjunto, y no solo en Guatemala, El Salvador y Honduras, que son los que se mencionan en la propuesta “Plan de Biden para fortalecer la seguridad y la prosperidad con los pueblos de Centroamérica”, presentado por el hoy presidente en la campaña electoral.
“Comprendemos la urgencia de Estados Unidos en responder a la grave crisis migratoria que han venido experimentando los tres países del norte del istmo en los que se centra el Plan Biden, pero una estrategia eficaz y articulada deberá mirar más allá. Ante los retos compartidos por la región, resulta inconveniente y hasta contraproducente aislar la situación del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) del resto de los países centroamericanos (Belice, Nicaragua, Costa Rica y Panamá). Consideramos esencial que la política de los Estados Unidos hacia Centroamérica parta de un plan general de desarrollo económico, social e institucional de la región, no limitado al Triángulo Norte, ni a los temas migratorios y de seguridad. Más aún, esta política debería enmarcarse en un enfoque geopolítico integral, que valore cuán importante resulta para la propia seguridad y desarrollo de los Estados Unidos la estabilidad social y política, la seguridad multidimensional, la cooperación para la generación de más oportunidades e inversión, la participación política democrática y el fortalecimiento institucional de los países centroamericanos”, dice el texto.
Esta advertencia de la expresidenta Chinchilla y los 8 líderes de la región sobre la vulnerabilidad de las próximas elecciones en Nicaragua y la violación de los derechos humanos en ese país -desde que estalló la crisis en 2018-, dista mucho del rumbo que el PAC y el gobierno de Carlos Alvarado le dan a la Política Exterior del país.

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