Presunto terrorista sirio detenido en Alemania se ahorcó en prisión.

El refugiado sirio de 22 años Yaber al Bakr, quien había sido detenido el lunes por sospechas de que planeaba un atentado en Alemania, se ahorcó con su camisa en la celda que ocupaba en una cárcel de Leipzig, en el este del país, informaron hoy las autoridades sajonas.

"Al Bakr se colgó con su camisa de la reja de su celda", informó el ministro de Justicia de Sajonia, Sebastian Gemkow, en rueda de prensa acompañado de Rolf Jacob, director de la prisión de Leipzig.

"A las 19:45 se realizó un control y el funcionario de prisiones se dio cuenta de que se había ahorcado. Se llevó a cabo la reanimación, pero sin éxito", declaró.

Durante la comparecencia ante los medios, Gemkow salió en defensa de los pasos seguidos tras la detención del supuesto terrorista en Leipzig y aseguró que se hizo "todo" para evitar su suicidio en su celda.

"No debería haber pasado, pero pasó, por desgracia, aunque quitamos todos los objetos de la celda susceptibles de usarse", explicó el político, que aseguró que asume toda la responsabilidad de lo ocurrido, aunque negó que piense en dimitir.

"Al Bakr fue controlado cada quince minutos en su celda en Leipzig", indicó Jacob, pero posteriormente estos controles se alargaron hasta los 30 minutos después de que un encuentro con expertos y psicólogos el miércoles por la tarde estableciera que no existía riesgo grave de suicidio y que un control cada media hora era suficiente.

No obstante, aunque se había llevado un control a las 19:30 y el siguiente estaba previsto para las 20:00, se hizo otro extraordinario quince minutos después, cuando se descubrió que se había ahorcado en ese breve intervalo de tiempo.

"Se habló con él y el servicio psicológico estableció que no había indicio alguno de un peligro de suicidio grave", apuntó sobre el hecho de que no fuera llevado a una celda especial y puesto bajo vigilancia permanente. Esa celda habría dificultado su suicidio ya que se entrega también una ropa especial a los prisioneros.

"La primera noche transcurrió sin problemas y la psicóloga que lo atendió lo calificó de tranquilo y reservado. Además, el prisionero se interesó por el día a día en la prisión", detalló el director de la prisión.

Sin embargo, el martes se informó de que Al Bakr había roto una lámpara y manipulado un enchufe, algo que fue visto como "vandalismo" y no se interpretó como un indicio de peligro de suicidio.

Jacob reconoció que hubo problemas para comunicarse con él debido al idioma a su llegada. "Durante su internamiento en prisión no contó con ningún traductor", reconoció Jacob sobre el hecho de que el traductor no acudiera hasta al día siguiente. "Estaba tranquilo y sereno", agregó. "Además, estaba previsto ya un encuentro con una psicóloga al día siguiente con un traductor", aseguró.

El refugiado sirio fue llevado a una celda individual para evitar que pudiera hacer daño a otros prisioneros, explicó el director de la prisión, en la que no existe videovigilancia de las celdas.

Al Bakr, que había llegado a Alemania en 2015 como refugiado, había sido detenido la madrugada del lunes en Leipzig, después de que tres refugiados sirios que le habían dado alojamiento se dieran cuenta de que era el hombre buscado por las autoridades y lo entregaran.

La detención tuvo lugar dos días después de un intento de la policía de apresarlo en Chemnitz, a 85 kilómetros de Leipzig. Los efectivos habían encontrado en su vivienda en Chemnitz 1,5 kilos del explosivo altamente peligroso TATP. El hombre que le alquilaba la vivienda fue detenido por presunta complicidad.