La Policía de Nicaragua retira patrullas que rodeaban dos parroquias

La Policía de Nicaragua retiró la vigilancia que mantenía sobre dos parroquias donde se encontraban recluidos un obispo y un sacerdote, quienes calificaron de asedio la presencia de los agentes del orden, constató este martes la Agencia Efe.

El acceso a la iglesia San Juan Bautista en el municipio de Masaya (sureste), donde el cura párroco es Harving Padilla, estaba despejado y sin policías, contrario a los días previos en los que las autoridades habían colocado retenes que impedían el paso de peatones y vehículos, así como un perímetro de seguridad.

La semana pasada, el sacerdote Padilla denunció que era víctima de acoso por parte de la Policía Nacional y de seguidores del Gobierno del presidente Daniel Ortega, que siguen guardado silencio sobre esos señalamientos.

En su denuncia, el religioso sostuvo que simpatizantes sandinistas, a bordo de motocicletas, y que se mantenían alrededor del templo, le gritaban, en presencia de los policías, que era un "golpista" y "asesino".

Desde la semana pasada hasta ayer, medios locales y vecinos publicaron en las redes sociales fotografías de patrullas policiales en las afueras de la iglesia San Juan Bautista.

Por su lado, el obispo nicaragüense Rolando Álvarez, que había iniciado el viernes pasado en una parroquia de Managua una jornada de ayuno, oración y exorcismo indefinidos hasta que finalizara el asedio policial del cual —dijo— sufría, apareció este martes ofreciendo una misa presencial en el municipio de San José Cusmapa, departamento de Madriz (norte), en donde ordenó a un nuevo sacerdote.

Álvarez, un crítico del Gobierno, se encontraba recluido desde la noche del jueves pasado en la parroquia Santo Cristo de Las Colinas, en las afueras de Managua, donde también era vigilado por agentes policiales.

Efe corroboró que los alrededores del templo ya no se encuentra sitiado por agentes policiales.

Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Estelí, ambas en el norte, es el encargado del área de comunicación del Episcopado, y es uno de los religiosos más populares e influyentes de Nicaragua.

La Arquidiócesis de Managua, que dirige el cardenal Leopoldo Brenes, pidió el sábado a la Policía Nacional cesar la vigilancia de los clérigos.

En tanto, el Episcopado de Nicaragua expresó su solidaridad y respaldo al obispo Álvarez, de quien dijo "siente zozobra por su seguridad personal y la posibilidad de ejercer su derecho a vivir y celebrar su fe y cumplir su pastoral en un ambiente de paz".

El presidente Ortega ha tildado de "terroristas" a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde 2018.