Católicos invitan a jornada de reparación por el atentado cometido en contra de la Sangre de Cristo
La institución religiosa llamó a los creyentes a participar en una “jornada de reparación por el atentado cometido en contra de la Sangre de Cristo”, dijo un portavoz de la institución.
El 31 de agosto de 2020 la capilla que guarda una imagen de la Sangre de Cristo que permanece en Nicaragua desde 1638 y ante la cual, en 1996, el papa San Juan Pablo II se arrodilló y oró, se incendió luego que un desconocido le “arrojó una bomba”, informó en su momento la Arquidiócesis de Managua, con base en relatos de testigos.
La Policía de Nicaragua, cuyo jefe supremo es el presidente Daniel Ortega, quien acusa al clero de querer derrocarlo, determinó que se trató de un accidente desatado cuando un recipiente con alcohol cayó sobre una veladora.
El papa Francisco calificó lo ocurrido como un “atentado” contra el templo de Nicaragua, país donde el 58,5 % de sus habitantes se consideran católicos.
Una investigación publicada por el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) descartó la posibilidad de un accidente, basado en que el recipiente con alcohol estaba varios metros por debajo de la veladora, y que, en caso de haber estimulado el fuego, su temperatura, de 36,1 grados Celsius, “no sería suficiente para producir una concentración suspendida para saturar" la capilla.
Según el Cenidh, entre diciembre de 2018 y agosto de 2020, la Iglesia Católica y sus representantes en Nicaragua sufrieron un total de 24 ataques, desde profanaciones a los templos, hasta ataques físicos contra los religiosos, algunos de los cuales debieron optar por el exilio.
Entre los ataques el Cenidh contó el caso del sacerdote Mario Guevara, quien fue atacado con ácido sulfúrico por una ciudadana rusa, y el del párroco Edwing Román, sobrino del héroe nacional Augusto C. Sandino, a quien la Policía encerró en su parroquia por nueve días sin agua ni energía eléctrica, tras apoyar a un grupo de mujeres en huelga de hambre.
El Cenidh y otras organizaciones humanitarias han advertido que la “persecución” contra la Iglesia Católica ha arreciado en 2022, luego de que un obispo fuera sitiado en un templo de Managua, dos sacerdotes fueron arrestados por supuestas agresiones y las Misioneras de la Caridad, grupo fundado por la Madre Teresa de Calcuta, fueran expulsadas.
Las diferencias entre Ortega y la Iglesia Católica son históricas, pero estas se recrudecieron en 2014 cuando el Episcopado advirtió al presidente que su estilo de Gobierno, calificado por la oposición como “autoritario”, podía llevar a un estallido social, lo que finalmente ocurrió en 2018, y por lo cual el líder sandinista se ha referido al clero como “golpistas”.
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