Extraño objeto metálico fue hallado en un campo de Argentina
La calma habitual de Puerto Tirol, en el corazón de Chaco, se rompió ayer por la tarde cuando un enorme cilindro metálico apareció incrustado en un campo privado. La escena, propia de una película de ciencia ficción, despertó intriga y debate en toda la región.
El objeto, de 1,70 metros de largo por 1,20 de diámetro, fue descubierto en el Campo Rossi, un predio rural cuyo propietario, Ramón Ricardo González, no dudó en dar aviso a la Policía para que constatara el hecho.
Los peritos que lo observaron de cerca describieron un material que no se ve todos los días y lo atribuyen en principio a que sería basura espacial. La superficie, fabricada en fibra de carbono, exhibe un número de serie grabado. Rasgos que, para los testigos, sugieren un origen de tecnología espacial.
De inmediato surgió la hipótesis que más fuerza cobró en las conversaciones del pueblo: se trataría de un fragmento de chatarra espacial, posiblemente desprendido de una misión de SpaceX, la compañía aeroespacial del magnate Elon Musk.
Pero la noticia comenzó a tener incluso repercusión internacional y algunos expertos ya afirman que el objeto pertenece a un cohete chino.
Se trataría del cohete chino Jielong 3, un vehículo de lanzamiento orbital de combustible sólido desarrollado por China Rocket para el lanzamiento de satélites.
Después de que efectivos de la comisaría de Puerto Tirol se presentara en el lugar, el Departamento de Bomberos Metropolitanos realizó una inspección minuciosa para descartar riesgos explosivos y habilitó el ingreso únicamente a personal técnico especializado. Desde entonces, el perímetro permanece bajo custodia, mientras se aguardan los estudios que determinarán la procedencia del objeto.
Los comentarios de los vecinos se multiplicaron a medida que más personas se acercaron al predio. Para muchos, la escena parecía confirmar una sospecha que desde hace tiempo ronda a quienes siguen la actividad espacial: la Tierra está recibiendo, de forma cada vez más visible, restos de su propia carrera tecnológica.
De confirmarse su origen, el cilindro chaqueño se sumaría a una lista creciente de desechos que logran atravesar la atmósfera y aterrizar en lugares alejados de las grandes ciudades.
El lanzamiento de cohetes y distintas misiones espaciales, cada vez más frecuentes, dejan miles de fragmentos orbitando alrededor del planeta.

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